Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://alexiapthe955076.humor-blog.com/37164607/el-momento-exacto-del-cabezazo-de-zidane