Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://martinabqgq312756.blog-gold.com/52547745/recordando-el-cabezazo-de-zidane-en-alemania-2006